Dualidades
Kaori Zabre Hashimoto
“De que fracasamos en reconstruir la realidad viviente
con conceptos rígidos y ya hechos, no se siguen que
no podamos asilar de alguna otra manera”
Henri Begson
con conceptos rígidos y ya hechos, no se siguen que
no podamos asilar de alguna otra manera”
Henri Begson
La aprehensión innegable de nuestras vidas a la realidad y viceversa condiciona nuestra capacidad de poder ver al mudo adecuadamente y de cierta forma equilibrada. De esa manera, buscamos la fractura de conjuntos para poder calificas o cualificar los elementos que lo conforman. Lo claro y lo obscuro, lo malo y lo bueno, izquierda y derecha, rojo y verde…Lo cierto es que ningún elemento puede sobrevivir sin su extremo, es así uno complementa al otro.
La obra de Kaori Zabre Hashimoto cuestiona la manera convencional de ver el mundo como un rígido sistema de conjuntos fracturados, ya que la realidad en su primeridad convencional que se nos ofrece mediante la visión, ignora otra maneras de conocer la realidad. Dualidades provoca pensar los elementos complementarios como los conceptos elásticos y susceptibles a cambios en el tiempo y en el espacio, cuestionando, a su vez, la construcción de la realidad, hecha exclusivamente para los que ven con los ojos, proponiendo así, que el espectador sea visto por la manera reciproca, para pensarse pensado por otros.
La medición de la realidad bifurca las aprehensiones de los sentidos en conceptos que puede pasar de un extremo a otro dependiendo del contexto en el que es adquirido, conociendo solamente lo que podemos pensar, viendo solo lo que nuestros ojos alcanza a ver.
Desde tiempo antiguos, sin si quiera saberlo, los extremos siempre han existido. Desde la idea de los antiguos filósofos chinos como el ying-yang, los religiosos europeos con Dios y el demonio e inclusive con los aztecas, con la concepción del cielo y la tierra, las dualidades, han conformado parte de nuestra vida y en todo momento. Aunque las dualidades intenten separase de extremo a extremo, un elemento contempla al otro. Intentando jamás encontrarse, sin la existencia de uno no podría existir el otro.
Desde tiempo antiguos, sin si quiera saberlo, los extremos siempre han existido. Desde la idea de los antiguos filósofos chinos como el ying-yang, los religiosos europeos con Dios y el demonio e inclusive con los aztecas, con la concepción del cielo y la tierra, las dualidades, han conformado parte de nuestra vida y en todo momento. Aunque las dualidades intenten separase de extremo a extremo, un elemento contempla al otro. Intentando jamás encontrarse, sin la existencia de uno no podría existir el otro.
San Andrés Cholula, Puebla
Isidro Carreño
Kaori Zabre
2010
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SILENCIO… AHÍ VIENE EL BICENTENARIO
Estamos a sólo unos días del inicio de la gran fiesta del país… pero, ¿qué festejamos realmente?
No necesitamos decirles que las cosas están mal, todo el mundo sabe que lo están. La falta de trabajo, el malgasto de nuestros impuestos, la mala política, la poca consciencia ecológica, la baja calidad del sistema educativo, la inseguridad en nuestras ciudades, la corrupción, el narcotráfico -entre otros- son sólo algunos de los problemas que aquejan al país.
Día tras día nos sentamos frente a nuestro televisor para que en los noticieros locales nos informen que tuvimos 14 asaltos, 3 violaciones, 25 muertos – 3 de ellos decapitados y 2 acribillados en alguna carretera abandonada-, y para colmo, que quienes dirigen este país han reprobado pruebas de conocimiento básico; como si esa fuera la forma en que se supone que son las cosas en el país. Entonces, nos quedamos en nuestras casas y el mundo se vuelve más seguro, más pequeño. Pedimos que nos dejen en paz y a cambio no diremos nada.
No estamos aquí para dejarlos en paz. Con nuestro trabajo pretendemos poner el dedo en la yaga y crear consciencia de que, realmente, no hay mucho que festejar por el bicentenario-centenario.
Cecilia Casillas
Gabriela Avalos
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MIRADAS INCÓMODAS
“No hay sombra de obra maestra sin el destello de la perfección. Se llama <<obra maestra>> estrictamente hablando, a <<todo lo perfecto dentro de su género>>. Blablalblabla de <<géneros>> en que puede ejercerse la actividad humana, existen obras maestras de todo tipo: obras maestras de diplomacia, de inteligencia, blablalblalba, de inepcia. Blalblalblalblalbla lato, nada impide que una obra maestra sea efímera, pues un logro extraordinario puede no tener futuro, y lo mismo sucede con un magnífico fracaso. Blablalbla cuando la noción de obra maestra se restringe para aplicarse a las artes, en seguida vemos cómo blablalblalblalblal, e incluso, casi faltamente, la de eternidad o intemporalidad. Sin embargo, como se ha vuelto difícil creer en la perennidad de las cosas humanas, blablalblalblabla (sobre todo esta idea) parece un vacilante. Hace tiempo que se tambalea la fe en el valor intemporal de las blablablablabla. Una desafortunada paradoja pretende que la idea de eternidad, blablalblalbla maestras, esté lejos de ser eterna.
Sin embargo, blablablablablabla preguntarse por la noción de obra maestra. Lo cierto es que dicha noción no remite solamente, si cabe explicarlo así, a la impresión de que se ha alcanzado la perfección y a una inmortalidad súbitamente blablablabla, sino que también implica la idea de que blablablablalblabla a un nivel excepcional, que la obra así calificada no tiene igual. Fenómenos históricos, condicionalmente sociales, motivos individualesblablablalbalba en un momento dado, y luego a otras, la oportunidad de acceder a una blablabla fuera de lo común[1][1].
Yurima CSC
Paulina Jimenez
Mercedes FCV
[2][1] Galard, J. (2002). Una Cuestión Capital para la Estética. En G. P. Gijón, ¿Qué es una obra maestra? (p. 7-8). Barcelona: Editorial Crítica.
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Castillos en el aire
El ser humano se presenta frente al mundo y su fenómenos, y es a partir de sus experiencias que va tejiendo un sistema que le permita explicar lo que ocurre, toda vez que hereda ciertos paradigmas al estar inmerso en una comunidad. Entonces echa mano de la mediación, que le permite aprehender aquello con lo que se relaciona. Sin embargo, aún cuando dos individuos se encuentren inscritos en el mismo Sistema de Representación, los argumentos que generan a partir de experiencias son diferentes. Lo mismo ocurre cuando se pretende comunicar un mensaje, pues lo que se transmite no es recibido de la misma manera en que sale. Dicho de otra manera, si una persona emite el mensaje A, el receptor tendrá un mensaje diferente a A, pues haría falta que el emisor y el receptor fueran uno mismo, en un mismo tiempo, para que ambos decodificaran el mensaje de la misma manera.
La obra de Isidro Carreño propone una reflexión sobre la mediación, y más aún, pide detenerse a pensar cómo es que la mediación permite de manera directa o indirecta la modificación de aquello que se pretende comunicar, al grado de caer incluso en las ficciones fundacionales, entendido como todo aquello que ha llegado a un punto tal de desapego de su primer propósito, que pasa a ser una suerte de mentira aceptada, y sobre la cual se actúa en consecuencia. La preocupación del autor se ve reflejada en las esculturas presentadas a manera de manifestaciones sonoras en las que una primera emisión es mediada y vuelta a mediar con el fin de ilustrar cómo los mensajes se deforman hacia nuevas interpretaciones, en nuevos contextos y con nuevos receptores, de manera que se vuelven equívocos y torcidos.
Con el fin de innovar en la producción contemporánea, Carreño ha echado mano de la física, que le permite evaluar su pieza sonora como una escultura cuántica-performática, pues está hecha de partículas que describen una onda en su paso a través del aire. La idea anterior permitiría pensar el sonido como materia de dimensiones variables y efímeras que puede ser manipulado y moldeado a placer. En la pieza, el autor propone experimentar el sonido como una escultura, y no reparar ya en el medio como instalación, es decir, no considerar los instrumentos emisores del mensaje como la pieza, sino como el medio. La escultura irrelevantista de Isidro Carreño se forma a partir del sonido, construyéndose en el aire con dimensiones variables hacia una experiencia performática.
Cholula, Puebla
Danilo Kerenski
2010
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"Sombras nada más"
Entre las características que conforman al ser humano se encuentra la preocupación latente de reconocerse como persona ante el mundo que le rodea, lo que deriva en una súplica, en ocasiones incluso cansina, de existencia que se renueva y reafirma constantemente durante toda la vida. Mantener una distancia simbólica con el otro reafirma la cualidad de existencia del ser mediante la individualidad que esto genera. Lo anterior es producto de la autoafirmación del estado de existencia que surge a partir del reconocimiento de sí mismo mediante el reconocimiento de la sombra propia, con la cual, el ser humano se hace consciente del control que tiene de sí ante el mundo, pues es un elemento inexorable.
A causa de la cotidianidad el ser humano sufre el despojo de su propia sombra en una suerte de arrebato de la memoria que priva el recuerdo de los juegos de contrastes luminosos de la cansina exigencia de existencia. Sombras nada más recuerda el mito de la caverna de Platón ya que propone el re-descubrimiento del pasado inherente del ser humano que se había negado por el atareo de la cotidianidad. El autor invita a reflexionar sobre aquel arrebato de los recuerdos individuales que configuran su realidad particular, de esa manera, ofrece la oportunidad de la apropiación de un elemento del paisaje hacia un discurso identitario pues es mediante la ausencia de él mismo que se hace presente el ser único.
La presencia que evoca la ausencia de luz no es la oscuridad total sino una gama de colores que se difractan a medida que los objetos cambian en relación a la luz. Las sombras proyectadas por el ser humano exteriorizan el espectro personal del espíritu en un lenguaje único e irrepetible que exige pensar las dualidades de una manera más abierta y con infinitas posibilidades de combinación a partir del tiempo y el espacio.
La manera en la cual se comporta la luz en ralción a los objetos con los que se refleja en una temporalidad delimitada permite considerar las sombras como una escultura de dimensiones variables que se construye mediante la interacción de los espectadores con la pieza. De esta forma, Danilo Kerenski cierra la temporada de exposiciones de La Luz de la Nevera con una propuesta interesante donde el arte y la física invitan a pensar de una manera diferente la producción artísitica contemporanea tomando en cuenta dimensiones antes ignoradas las cuales cualifican Sombras nada más como una escultura cuántico-performática.
San Andrés Cholula, Puebla
Los irrelevantistas
Isidro Carreño
Danilo Kerenski
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"Dimensiones del signo: Semántica, Sintáctica y Pragmática"
Mezcolanza Semántica comenzó con el objetivo de reunir una variedad de códigos personales basados en una guía propuesta. Para realizarlo se eligió como medio cuatro tipos de técnica plástica (óleo, temple, acrílico y encáustico) aplicados sobre un bastidor, con pinceles, espátulas y manos, el proceso duraría una semana durante la cuál existía una amplia gama de posibilidades. Se eligió pintura a razón de un interés plástico bidimensional del propio autor de la obra. Esta idea surge con la inquietud de reunir “respuestas” y elaborar una semiosis del resultado, invitando a pintar para decir algo; las guías (fichas técnicas) están inspiradas en experiencias propias del autor buscando la comprensión colectiva de estas. Durante la apertura el público comenzó participando de manera indistinta y arbitraria, algunos aportaban en varios bastidores y algunos sólo observaban. Posteriormente la aplicación de la pintura sobrepasó el bastidor llegando a paredes, piso y personas. Horas después cada cuadro fue enmarcándose de acuerdo al nombre de cada bastidor, logrando una integración distinta en cada tema. Durante el transcurso de la semana, fue poco el trabajo pero más detallado y unificado, poco antes de la clausura los temas se unificaron en uno mismo ya que estos perdieron la figuración que cada uno contenía, la última intervención separó a cada uno usando palabras como signo.
Experiencia personal.
Inició de forma arbitraria, quizá sin hacer caso a las guías, y tomando como tema principal: hacer uso del material. Esto poco a poco fue tomando un rumbo de signos muy usuales y unos fueron tapando a otros llegando a una cohesión interesante en cada tema. El objetivo principal cambió, se dieron elementos a disposición del público en general abriendo un gran campo de posibilidades no importando el qué sea sino que sea. Siendo esto bastante azaroso resultó en algo bastante concreto, obviando la importancia de la última palabra de alguien, alguien con la capacidad cultural y física para hacer y decir eso (el resultado) invadiendo otros discursos. El experimento social cabe en, no importando como, aceptamos la permisión sin límites transgrediendo discursos. Al final encontramos una gran lectura de todo lo sucedido, afirmando el hecho inexistente de verdades absolutas, todo proceso semiótico de cada intérprete es tan valido como el de cualquiera.
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"Mezcolanza semántica"
“Si tal como lo dice Lacan, la propiedad comienza con el robo (…) es porque todos somos, en sentido general, ejecutores de un plagio. Desde el momento en que los significantes no pertenecen a nadie en particular, para hablar hay que plagiar al otro, para decir algo… hay que apropiarse de la palabra ajena, hacerse representar por lo exterior, por los significantes del otro.” Pablo Fridman (2000:1)
Esta actividad preformativa está basada en cómo se construye una idea, es decir, cómo la intersubjetividad es lo que se expone y no una subjetividad. Por intersubjetividad entendemos el acceso a la subjetividad de otro(s). Efectuamos semiosis o lectura semiótica en todo momento, por muy inconsciente que lo hagamos. Esto es, realizamos una lectura de signos ya sea por estímulo-respuesta (Herramientas creadas por las personas para regular su propio comportamiento y el de los demás) donde el signo exige de parte del receptor una elaboración cognitiva de dimensiones complejas, es decir, para que un signo se reconozca como tal debe existir un receptor; (Perinat, 2006:24) o también signo como mediador social, el cual establece comunicación, donde el lenguaje representa un signo por excelencia, aquel que abre la brecha hacia la construcción de los procesos más íntimos de la persona individual y social: la conciencia (Vygotsky). El signo tiene carácter representativo y convencional, es decir, existen signos donde determinada cultura le da un carácter unívoco y signos que tienen una cierta legalidad universal. Ahora bien, dependiendo de la semiosfera (espacio semiótico fuera del cual es imposible la existencia misma de la semiosis, está ligado (el concepto) a determinada homogeneidad e individualidad semióticas. Lotman 1996) es como podemos dar contexto a esta semiosis de signos, esta vez, el performance se desarrolla en una semiosfera donde se da el contexto (el performance per se), y las dimensiones del contexto (nombre de cada obra) donde cada uno efectuará una semiosis de los objetos dados (semántica) los ordenará para crear sentido (sintáctica) y los interpretará de modo que pueda plasmarlos en el lienzo (pragmática). Todo esto en función del proceso semiótico según el triangulo de Charles S. Peirce, donde existe un representamen (vehículo sígnico) que connota un objeto y estos a su vez generan un interpretante. Puede existir tantos procesos semióticos como tantos sujetos existan, y estos proceso tienden a expandirse al infinito. Prestemos atención al hecho de que la transmisión del mensaje no es la única función del mecanismo comunicativo, ni del mecanismo cultural en su conjunto. Estos, al mismo tiempo, realizan una producción de nuevos mensajes, esto es, actúan en el mismo tiempo, realizan una producción de nuevos mensajes, esto es, actúan en el mismo papel que la conciencia creadora del individuo presente. Lotman (1996:67) No existe una verdad absoluta, sólo verdades aproximadas, las cuales diferirán en cada receptor del mensaje, así como también no existe una subjetividad, ya que tus experiencias (esto incluye programas de T.V., el núcleo familiar, amigos, imágenes, todo, etc.) dan resultado a “tu propio punto de vista”.
Miguel Ángel Casco Arroyo
San Andrés Cholula, 2010